El Abanico
Antaño, mirarlo era soñar, pintado en colores esperanza.
En colores de esperanza, por mágicas manos de ebanista
no era la textura de su seda ni la rigidez de las varillas,
eran aventuras en movimiento, encerrando ilusiones
momentos de vida, dolores de muerte
reintentadas en caca vaivén con un viento borrador del pasado
imposible de detener.
Tras nueves que agonizan se vuelve gris
en el recuerdo y se agota en la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario