Mientras caminaba, solo escuchaba el sonido de la hojarasca bajo mis pies; y como la impulsaba la leve brisa. Levante mi mirada hacia un cielo fucsia en ocaso, un cielo de Mon net. Las copas de los arboles, como meras sombras contrapuestas a la luz, una belleza opuesta a otra.
Noto que el esta aquí, puede que detrás de algún matorral o quizá en alguna copa arbolada realizando algún pequeño milagro. Siento el frío invernal sobre mi piel que despierta mis sentidos y mi mente. Sé que ya no puedo regresar y solo lo tendré a el como compañero para siempre. Mi rey, ahora adora a un reyna martirizada, yo sigo adorando a mi dios desde que era niña.
Ya no hay lugar para mí entre los hombres. Estoy asustada, pero me siento feliz y libre. Aullidos asaltan mí pánico y agitan mi respiración. El dolor de mis pulmones se hace omnipresente. Mi carrera en ansiedad acaba en el lecho de hojas. Con el dolor ciego vuelvo a la carrera. La carrera de la vida.
Algo detiene mi pie y me hace caer, unos ojos fijos sobre mí detrás de unas mandíbulas que retienen. Cazador aferrasteis sin dolor. Pronto ya no tendré nada que perder, formare parte del circulo al que siempre pertenecí. No vemos las cosas como son...
sino como somos.
